Psic. Diana Alicia Ruiz Torres
Centro Ericksoniano de Mèxico, A. C.
El agua es fundamental para la existencia de la vida en la Tierra, de ella depende nuestra salud. También el agua tiene una especie de “memoria” donde almacena la información que le reportan los campos magnéticos generados por las plantas, flores y sustancias con las que entra en contacto.
El Dr. Masaru Emoto nació en Yokohama (Japón) en julio de 1943 y aunque en principio estudió Arte y Comunicación Internacional se interesó pronto por el estudio del agua y afirma que la voz, los pensamientos y las emociones humanas pueden alterar su estructura molecular, lo que avala con microfotografías electrónicas.
En 1994 Emoto tomó unas muestras de una fuente de agua pura, congeló unas gotas, las examinó bajo un microscopio electrónico de campo oscuro y las fotografió. Las fotografías mostraron un hermoso hexágono cristalino parecido a un copo de nieve.
Hizo lo mismo con el agua de un río contaminado, y encontró un patrón sin forma reconocible, en apariencia desestructurada. A partir de más de 10 mil fotografías tomadas a lo largo de numerosos años de investigación, Emoto afirma que “el agua no solo almacena información sino también sentimientos o conciencia y reacciona a cualquier mensaje”.
Las miles de fotografías nos muestran que cuando el agua está expuesta a estímulos positivos su estructura interna forma hermosos hexágonos con una variedad ilimitada. En cambio cuando está contaminada o es expuesta a estímulos negativos su estructura cristalina se pierde y queda una imagen distorsionada, deforme y sin fuerza luminosa.
Así podemos ver por ejemplo que el agua tomada en fuentes y arroyos de montañas forma bellas estructuras cristalinas, en contraste con los cristales deformados que conforman las muestras de agua solucionada o estancada. Las moléculas del agua expuesta a música clásica adoptan formas delicadas y simétricas muy similares a las que adoptan frente al sonido de la palabra gracias, en japonés y en inglés.
Cuando las muestras de agua fueron expuestas a música heavy metal, palabras, pensamientos o emociones negativos, las grabaciones de discursos de Adolfo Hitler, el agua no sólo no formó cristales sino que en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas. Es más, cuando se expuso el agua a la canción Heartbreak Hotel (El hotel de los corazones rotos) de Elvis Presley, los cristales helados se partieron en dos.
Cuando el agua fue tratada con aceites florales aromáticos, los cristales tendieron a imitar la forma de la flor original. Lo que parecería demostrar que el agua ha captado la información de la flor. Y otro tanto ocurre con las plantas medicinales.
El Dr. Emoto también ha comprobado que la más poderosa combinación de pensamientos en términos de capacidad de transformación y de sanación son “amor” y “gratitud”. Estas palabras y las emociones positivas que generan, convierten cada una de las moléculas de agua que nos componen en una estructura hermosa y equilibrada. Está convencido de que nuestras oraciones, meditaciones y afirmaciones ayudan a sanar.
Recuerda, lector, lectora, que el 70% de nuestro cuerpo, como el 70% del planeta que habitamos, es agua. Y el agua, como nos dice el Dr. Masaru Emoto, se reactiva con las palabras. Refleja la conciencia de la raza humana.
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